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martes, 2 de noviembre de 2010

Descubrimiento de la Tumba de un Rey Maya en Guatemala

Se ha descubierto en buen estado de conservación la tumba de un antiguo rey maya en Guatemala, por un equipo de arqueólogos dirigido por Stephen Houston, de la Universidad de Brown. La tumba está llena de esculturas, cerámicas, textiles y los huesos de seis niños, que pudieron haber sido sacrificados en el momento de la muerte del rey.

La tumba fue descubierta en mayo, y data de los años -350 a -400, bajo la pirámide de El Diablo en la ciudad de El Zotz. La noticia se hizo pública ayer durante una conferencia de prensa en Ciudad de Guatemala, auspiciado por el Ministerio de Cultura y Deportes, que autorizó la obra.

Antes del descubrimiento, el equipo sopechaba que "algo raro" había en el depósito que estaban cavando. Ellos sabían de la existencia de un pequeño templo construido en frente de una extensa estructura dedicada al dios sol, un emblema de la soberanía maya. "Cuando nos adentramos en el pozo de la pequeña cámara del templo, casi nos golpeamos de inmediato con una serie de cosas, como tazones rojos de sangre humana conteniendo dedos y dientes, todo envuelto en algún tipo de sustancia orgánica, que dejó una impresión en el yeso . A continuación, excavamos a través de capa tras capa de piedras planas, alternando con el barro, lo que probablemente ha mantenido intacta la tumba y herméticamente sellada."

El 29 de mayo de este año, Houston estaba con un trabajador que había llegado a una capa terrosa final. "Le dije de quitarla, y después, la piedra plana. Habíamos estado sondeando las cavidades con una vara. Y, en ese intento, el palo entró, y se adentro cada vez más profundo. Después de ir haciéndonos sitio en la piedra, no vi nada, pero un pequeño agujero nos dirigía a la oscuridad."

Bajaron una bombilla de luz hacia el agujero, y de repente Houston vio "una explosión de color en todas las direcciones, rojos, verdes y amarillos. Era la tumba real, llena de productos orgánicos como nunca había visto antes: pedazos de madera, textiles, delgadas capas de estuco pintado, cuerdas ...”

"Cuando abrieron la tumba, metí la cabeza y, para mi asombro, aún seguía habiendo un olor a putrefacción y un frío que calaba los huesos", relataba Houston. "La cámara había sido tan bien sellada, durante más de 1.600 años, que ni el aire o agua habían entrado."

La tumba tiene aproximadamente 1,8 m. de alto por 3,6 de largo, y 1,2 m. de ancho. "Podría tumbarme cómodamente en ella", comentó Houston, "aunque no me gustaría estar ahí."

Al parecer la tumba albergaba a un hombre adulto, pero el analista de huesos, Andrew Scherer, profesor adjunto de antropología en la Universidad Brown, aún no ha confirmado el hallazgo. Hasta el momento, parece probable que la tumba contenga también a seis niños, algunos de ellos de cuerpo completo y, probablemente, otros dos sólo las calaveras.

Pero, ¿quién fue este hombre? Aunque los resultados son todavía muy recientes, el grupo cree que lo más probable es que fuese un rey, del que sólo conocen a través de otros textos jeroglíficos, una de las especialidades de Houston es la arqueología maya. "Estos cosas son riquezas artísticas, extraordinariamente conservadas, de una época clave en la historia de los mayas", explicó Houston. "Dada la posición de la tumba, el tiempo, la riqueza, y las repetida construcciones sobre la tumba, pensamos que pueda ser el fundador de una dinastía".

La tumba muestra que el gobernante entró en la tumba como en un ritual de danza. Él tiene todos los atributos de esta función, incluyendo muchas pequeñas "cascabeles" de concha con, probablemente, caninos perro como badajos. También existe la posibilidad de que su cuerpo, que descansaba en un féretro levantado se derrumbara en el suelo; tenía un tocado elaborado con pequeños glifos en ellos, y en una de sus manos pudo haber sosteniido una hoja de sacrificio."

El gran experto, Zachary Hruby, sospecha que la hoja se utilizó para cortar y moler los huesos o algún otro material duro. Su superficie parece estar cubierta con residuos orgánicos de color rojo. Aunque la sustancia todavía necesita ser testeada, "no hace falta demasiada imaginación para pensar que se trata de sangre", señaló Houston.

"Todavía tenemos mucho trabajo por hacer", añadió. "Todavía estamos cogiendol aliento después de una excavación tan difícil y técnica. Las tumbas reales son enormemente densas en información y requieren años de estudio para comprenderlas. No hay otros depósitos cercanos."

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