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miércoles, 24 de agosto de 2011

La falta de turistas pone en peligro la pirámide más antigua

EFE/EL CAIRO La grave crisis financiera que afecta  al Consejo Superior de Antigüedades (CSA), debida  en  gran parte a la ausencia de turistas en Egipto,  podría  acarrear el derrumbamiento de la pirámide  escalonada de Zoser, la más antigua de la historia, cuya    rehabilitación ha quedado interrumpida.

"El problema es que no hay dinero, porque éste llegaba del turismo extranjero. Después de la Revolución del 25 de enero, la afluencia de turistas al país disminuyó seriamente y, por tanto, los ingresos de los sitios arqueológicos bajaron", dijo en declaraciones a Efe el secretario general del CSA, Mohamed Abdel Maqsud.
Sin embargo, adelantó que mañana, domingo, visitará al frente de un equipo de expertos la pirámide, ubicada en la zona arqueológica de Saqara, unos 25 kilómetros al suroeste de El Cairo.
"Mañana haré una visita al lugar para adoptar una decisión inmediata en el terreno y subrayar la necesidad de que las labores de restauración deben proseguir. Egipto y el mundo no pueden perder para siempre un monumento de esa magnitud. Es la pirámide más antigua de la historia", destacó el responsable egipcio.
Asimismo, recordó que la restauración de ese lugar lleva cuatro años y ahora estaba en su última etapa, "la más importante y delicada, ya que se estaba rehabilitando el techo del edificio".
La compañía que lleva a cabo los trabajos de rehabilitación suspendió sus actividades porque no se le han pagado sus honorarios, reconoció Maqsud.
El problema salió a la luz después de que algunos medios de prensa escrita hicieran sonar hoy las sirenas de alarma por el peligro de derrumbe que se cierne sobre esa colosal tumba.
La pirámide fue construida como tumba del faraón Zoser (2.650 años a.C.) por el arquitecto y médico Imhotep, en la zona de Saqara, cuya área monumental cubre una extensión de siete kilómetros cuadrados.
La milenaria construcción, que nunca ha sido abierta al público, es el monumento más popular de Saqara, la gran necrópolis de la que fuera la ciudad de Menfis, antigua capital de Egipto.
El responsable del proyecto de restauración, el arqueólogo Samir Abdel Rauf, advirtió en declaraciones a la prensa egipcia de que la suspensión de los trabajos puede ocasionar el desprendimiento de los bloques del techado de la pirámide.
Dijo que esas piedras fueron fijadas de manera temporal con la utilización de "almohadas (soportes) de aire", y que eso requiere "un seguimiento para que no se produzca una caída repentina, ya que el estado de la pirámide antes del inicio de la restauración era pésimo".
Asimismo, recordó que el equipo de expertos encargado de la rehabilitación de la tumba trabajó en circunstancias muy duras y peligrosas, pues corrieron serio riesgo de que algún bloque cayera sobre ellos.
Por su parte, el supervisor arquitectónico del plan y profesor de la Universidad de El Cairo, Hasan Fahmi, consideró que el rescate de la pirámide escalonada es un "proyecto nacional", por los ingresos que las visitas turísticas al lugar dejan en la hacienda pública.
El deterioro del monumento se debió a efectos climáticos, de medio ambiente y aguas subterráneas, además de otras actividades del ser humano que también la han dañado.
"Las explosiones en los campamentos militares y en canteras cercanas a Saqara contribuyeron también a derrumbes en la pirámide, al igual que previas restauraciones hechas sin estudios exactos", señaló Fahmi.
El jefe de las antigüedades egipcias, que reemplazó hace solo unas semanas al polémico Zahi Hawass al frente de este departamento clave, concluyó que "la preservación de los monumentos arqueológicos es la principal prioridad de su institución".
"Trabajaremos con fuerza para disponer los recursos financieros, a pesar de las circunstancias económicas que atravesamos. No deseamos que el mundo y la historia nos juzguen algún día como negligentes en la restauración de esta milenaria pirámide", destacó Abdel Maqsud.

Museo de Nueva York devuelve a Egipto piezas de la tumba de Tutankamón

Diecinueve piezas arqueológicas, encontradas en la tumba del faraón Tutankamón, expuestas en el Museo Metropolitan de Nueva York (EEUU) desde los años 20 del siglo anterior, serán entregadas hoy a representantes de Egipto.
El Consejo Supremo de Antigüedades egipcias, informó que los objetos (pequeñas figuras de animales y joyas) llegarán a Egipto junto con la delegación del Consejo, que se encuentra en Nueva York de visita.
Las piezas serán incluidas en la colección del Museo Egipcio de El Cairo, donde se encuentra la mayor parte de los tesoros pertenecientes a Tutankamón.



Karnak no se construyó junto al Nilo

Se ubicaba a 500 metros de distancia. Equipo de investigadores revela que el Nilo cambió de ubicación con el pasar de los siglos.

El complejo arqueológico de Karnak no fue edificado junto al Nilo, donde se encuentra actualmente. Un estudio ha demostrado que el río estaba entre 400 y 500 metros de distancia cuando el complejo se construyó.

La revelación fue hecha pública ayer por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia. Este descubrimiento permite comprender la evolución del paisaje del valle del Nilo, así como aclarar las dudas de los arqueólogos sobre la configuración original del complejo.

El equipo de investigadores, liderado por el francés Matthieu Gilardi, realizó estudios geomorfológicos, paleoambientales y sedimentológicos que permitieron demostrar que hace 4.000 años, cuando se construyó el complejo, el Nilo pasaba entre 400 y 500 metros del lugar, y que solo en el 1.600 a. C. tomó su actual trayectoria. El CNRS precisó que el estudio se ha publicado en la revista “Journal of Archaeological Science” y anunció que investigaciones similares se harán en otros sitios faraónicos, como Tod y Medamud. A principios de julio las autoridades egipcias comunicaron que una misión arqueológica francesa descubrió, en el complejo, unos bloques de piedras talladas que formaban parte del templo del dios Ptah, y que datan del reinado de Tutmosis III (1490-1436 a. C.), el faraón que ordenó edificar Karnak.

El proyecto español Djehuty cumple 10 años excavando con éxito en Egipto

12-07-2011


Un viernes de finales de enero, justo cuando estabamos celebrando el X aniversario, con una tarta, sangría y jamón serrano, estallaron las primeras revueltas en El Cairo. El egiptólogo José Manuel Galán pasa seis semanas al año en Luxor, una ciudad situada a orillas del Nilo, en el centro de Egipto. Allí dirige las excavaciones de Djehuty, un proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que iba a durar cinco años pero que, a golpe de hallazgo arqueológico, ha subido el listón de sus objetivos. "Empezamos con la intención de estudiar dos tumbas pero hemos ido excavando, descubriendo... y ahora podemos pasarnos trabajando allí 100 años".
Sentado entre la ministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia, y el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo, el profesor Galán se resiste a reconocer que Djehuty se ha convertido en uno de los proyectos arqueológicos más ambiciosos del momento. Comparece ante la prensa seis meses después de haber tenido que regresar de Egipto antes lo previsto, a causa de las revueltas, y explica apasionadamente que este año han vuelto a casa con "tres descubrimientos sobresalientes" que garantizan el futuro del proyecto.
El primero es "la entrada a un pozo funerario" que sorprendió a los investigadores y que excavarán el año que viene. El segundo es una galería con "cientos de momias animales, de ibis y halcones", que además cuenta con un graffti milenario fechado "en el 43 de Ptolomeo VIII", equivalente a los años 128 y 127 a.C.". El tercero es "un conjuntos de 80 figurillas funerarias, llamadas shabtis, del año 1.000 a.C.", hallados en una nueva zona de excavación con mucho potencial porque hasta ahora había pasado inadvertida tanto para "los ladrones del siglo XIX como para los arqueólogos del siglo XX, que a veces son peores que los ladrones".
José Manuel Galán dice que "la arqueología es un culebrón por entregas" pero asegura estos descubrimientos dibujan "un futuro aún más prometedor". Cree que "la tumba de Djehuty será espectacular", cuando acabe de restaurarse, y que "la de Hery es una joya porque no hay tumbas de esa época", por lo que si las excavaciones siguen dando frutos, tal y como se espera, podrían acabar sacando a la luz un conjunto de tumbas del años 1.500 a.C que será "parada obligatoria" de los tours turísticos. "Salvando las distancias", dice "es un poco como Atapuerca".
Con un presupuesto anual de 120.000 euros, de los cuales 50.000 se dedican a la contratación anual de dos investigadores, y el resto a las seis semanas de excavación, la ministra Cristina Garmendia asegura que el Proyecto Djehuty, en la necrópolis Dra Abu el-Naga, es "muy rentable social y económicamente" por el potencial "de los contenidos divulgativos, que son una industria a desarrollar en España", y también por "el gran calado en las relaciones internacionales".
Galán asegura que Djehuty es "un proyecto pequeño que intenta aportar un granito de arena". Que "en ciencia no hay que compararse", que en Luxor suelen coincidir con "unas 30 misiones internacionales", de Alemania, EEUU, etc. y que todos se llevan muy bien". Pero Garmendia cree que Galán es muy modesto y sitúa a la egiptología española "en la vanguardia y en la élite mundial".
El presidente del CSIC, Rafael Rodrigo, añade que aunque está previsto que todas las piezas se queden en Egipto, una de las grandes apuestas del proyecto es la divulgación, por lo que espera "llegar a un acuerdo con el Museo Arqueológico Nacional" para poder presentar en España los resultados de cada campaña.