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miércoles, 21 de diciembre de 2011

El primer ensayo de la plaza Tahrir

El primer ensayo de la plaza TahrirEl valle de Tebas guarda tantas historias que hasta las más grandes gestas han quedado ensombrecidas por el resplandor mediático de personajes como Tutankamón, Ramsés II o Nefertari. El que encabeza el ejército de los silenciados por la era moderna es, sin duda, Tutmosis III (1490-1436 antes de Cristo).
El gobernante, bautizado por algunos historiadores como el Napoleón egipcio, forjó el mayor imperio que ha tenido nunca Egipto, anexionándose Siria y llegando hasta la cuarta catarata del Nilo, en Sudán.
El paso del tiempo ha borrado la mayor parte de su legado arquitectónico y eso ha hecho que cayera en el olvido este faraón a quien, por varios siglos, respetaron tanto su pueblo como sus enemigos, y cuyas conquistas enriquecieron a Egipto económica y culturalmente. Un equipo español, encabezado por la arqueóloga sevillana Myriam Seco, se ha propuesto recuperar parte de la memoria de Tutmosis III de entre las ruinas de su templo funerario, ubicado en la orilla oeste del Nilo, y escenario de la primera huelga de la historia de la humanidad de la que se tiene noticia.
Este ensayo de plaza Tahrir, centro cairota de todas las protestas -primero contra la dictadura de Mubarak y ahora contra la Junta Militar que ha tomado las riendas en Egipto-, ocurrió durante el reinado de Ramsés III, en el siglo XII a. de C., cuando el imperio que creó Tutmosis III empieza a desmoronarse. "Hay un papiro en el Museo Egipcio de Turín en el que se relata que los suministros escasean y los artesanos del faraón, a los que se pagaba en especies, se plantan ante este templo y dicen que no trabajarán más hasta que no reciban lo que les corresponde. Ante las falsas promesas de los funcionarios, los artesanos de Deir el-Medina se organizan y reanudan la protesta. No sabemos cómo acabó todo porque falta el final del papiro, pero podemos afirmar que se trata del primer ensayo de huelga documentado", explica el epigrafista Javier Martínez Babón, del Museo Egipcio de Barcelona, uno de los 34 miembros del equipo multidisciplinar del que forman parte topógrafos, antropólogos, restauradores, geólogos, arquitectos, dibujantes y hasta un especialista en animaciones en 3D que está reconstruyendo el templo por ordenador.
El proyecto, con campañas de tres meses por año, cuenta con la colaboración de las universidades de Granada y Barcelona, y está patrocinado por Cepsa y la Fundación Botín. El Gobierno egipcio, como en el resto de las misiones arqueológicas de Tebas, controla los trabajos con sus inspectores, pero no realiza aportaciones económicas.
Un puzle de 13.450 metros cuadrados
Muy cerca del famoso Ramesseum, el templo mortuorio de Ramsés II, los técnicos -casi todos españoles- y 130 operarios se afanan en recomponer un puzle de 13.450 metros cuadrados en el que esperan encontrar respuesta a muchas de las incógnitas que rodean la figura de Tutmosis III, quien subió al trono en 1468 a. de C. y gobernó durante 32 años.
"El templo funerario, o templo de millones de años, de Tutmosis III es una construcción en tres terrazas realizada, fundamentalmente, de adobe. El avance del desierto, que lo cubrió casi en su totalidad al estar en un plano inclinado, y la fragilidad del material no hacían de él un objeto de deseo por parte de las primeras misiones arqueológicas", explica sobre el terreno Myriam Seco, al frente del proyecto desde su inicio en 2008. La expedición culminó el pasado 15 de diciembre. Se trata de la cuarta campaña,y la doctora en Arqueología y egiptóloga está convencida de que podrá reconstruir la bóveda de una de las capillas, realizada en piedra arenisca y decorada con un texto funerario en el techo.
Entre esos jeroglíficos, Martínez Babón espera hallar pistas sobre la vida de este faraón desde que murió su padre, Tutmosis II, cuando él era aún un niño, hasta que tomó el mando del reino. "Desconocemos dónde estaba y qué papel desempeñó Tutmosis III en el gobierno durante el periodo de co-regencia con su madrastra, la reina Hatshepsut, media hermana y esposa principal de Tutmosis II. Ella gobernó Egipto durante el periodo de formación del joven y hay lugares en los que aparecen los nombres de ambos, aunque llega un momento en que Hatshepsut se autoproclama rey. No sabemos si tenían buenas relaciones o si ella lo apartó de Tebas con la excusa de ofrecerle una formación militar en Menfis", explica Martínez Babón, mientras vaga entre un mar de piedras con fragmentos epigráficos que ya han sido estudiados, dibujados y catalogados.
"Estamos muy satisfechos con la marcha del trabajo. Cuando empezamos, el templo estaba bajo la arena y tan solo disponíamos de la información de los estudios que realizaron Daressy, Weigall y Ricke entre finales del XIX y principios del XX. Ante la abrumadora abundancia de los restos de Tebas, con complejos tan imponentes como los templos de Karnak y Luxor, las primeras misiones arqueológicas no prestaron demasiada atención al templo funerario de Tutmosis III", explica Seco, quien además dirige desde 2006 otra campaña de arqueología subacuática en Tiro (Líbano) para rescatar un pecio fenicio del siglo V antes de Cristo.
Objetivo, el pilono del templo
La arqueóloga, quien desde las seis hasta la una de la mañana, controla hasta el más mínimo detalle, vara de mando en mano, de lo que hace su ejército de operarios, quiere cerrar la campaña de este año con la consolidación y reconstrucción del pilono del templo. Un gigante de adobe -fue Ramsés II quien comenzó a levantar en piedra estos enormes muros que protegían la entrada a los templos- de 42 metros de largo por 15 de alto y 9 de ancho. "El adobe es un material muy frágil, por eso es tan difícil encontrar una macroestructura como esta que haya sobrevivido desde la XVIII dinastía. Está siendo una gran fuente de información", apunta la directora del proyecto mientras calcula cuántos bloques de adobe nuevo se han hecho este año para cubrir el muro perimetral y el pilono: 50.000.
"La única forma de proteger el adobe es con otro adobe. Los hacemos aquí, con limo (arcilla) del Nilo, paja triturada y arena. Cuando se consolida el original, metemos una malla de fibra de vidrio que los separe de los nuevos y añadimos una capa con uno o dos bloques", afirma Agustín Gamarra, restaurador de estructuras arqueológicas.
A pesar de las visitas, la arqueóloga sevillana, que no tiene problemas en dar órdenes en árabe, vigila como los operarios elevan grandes piedras del pozo funerario de una de las siete tumbas que han aparecido, hasta ahora, debajo del templo. Los enterramientos forman parte de una necrópolis anterior a la construcción del templo pero, como es costumbre por estos lares, todas habían sido saqueadas. Incluso una de ellas, que estaba sellada y albergaba los restos de tres adultos y de un niño, había sido profanada con anterioridad. Sus actuales moradores, de la dinastía XVII, tenían una jarra cerámica por todo ajuar. Pero esta es otra historia, de las muchas que traerá consigo el templo de Tutmosis III.
Fuente: El País
http://www.elpais.com/articulo/cultura/primer/ensayo/plaza/Tahrir/elpepucul/20111220elpepucul_4/Tes

Un incendio durante los disturbios de El Cairo destruye el original de la 'Descripción de Egipto' encargada por Napoleón

"La libertad no es gratis", gritaba en Egipto un manifestante mientras huía de los golpes de los militares estos días de protestas. Y tenía razón. Diez muertos y más de 500 heridos en tres días respaldan su afirmación.
Un incendio durante los disturbios de El Cairo destruye el original de la Descripción de Egipto encargada por NapoleónPero la represión del Ejército sobre los manifestantes ha dejado otra víctima colateral que no sangra ni grita pero arranca lágrimas de frustración: el incendio del Instituto Egipcio que albergaba la más importante colección de mapas y manuscritos del país y en el que se conservaba la copia original del Description de L'Egypte, los 24 volúmenes repletos de ilustraciones que Napoleón encargó a un grupo de científicos que le acompañaron durante su campaña en el país del Nilo.
Anoche los jóvenes manifestantes trataban de salvar del incendio algunas de las casi 200.000 obras que guardaba. 30.000 fueron rescatadas del fuego, según declaró Zein Abdel-Hadi, responsable de las bibliotecas y archivo egipcios, al diario egipcio Al-Ahram. El resto, reducido a cenizas, se pegaba hoy a la ropa y el rostro de los que miraban sin terminar de creerse la tragedia.
"Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos os contemplan". Estas palabras de Napoleón a sus soldados han pasado a la historia ligadas a una de las maravillas del mundo antiguo. El francés comprendió pronto que el país que pisaba en los últimos coletazos del siglo XVIII no era comparable a otro. La campaña fue un paseo, pero el legado que el militar dejó permaneció intacto hasta la noche pasada. Bonaparte fundó en 1798 el Instituto de Egipto a semejanza del Instituto nacional de Francia, con Gaspard Monge como presidente, el propio Napoleón como vicepresidente y Joseph Fourier y Costaz como secretarios. El Instituto aprovechó el trabajo de académicos y expertos técnicos de la Comisión de las Ciencias y las Artes y promovido el desarrollo de Egipto con el fin de apoyar a la expedición militar francesa. Un año después de su fundación el Instituto tomó la decisión de recopilar y publicar sus trabajos académicos como la Description de L'Egypte.
Más de 160 científicos y 2.000 artistas participaron en la creación de la obra. El primer volumen publicado estaba consagrado a las antigüedades. Hasta 1824, se publicaron otros nueve tomos y once volúmenes que reúnen 974 láminas grabadas sobre cobre de las cuales 74 son a color. En esta obra magna se hizo acopio de gran cantidad de documentación sobre los monumentos de Egipto, pero también acerca de la fauna y la flora, los minerales, los habitantes, sus costumbres y hábitos, su agricultura y el comercio, las técnicas así como la topografía. La obra culminó con la edición de un Atlas. La calidad de sus tipografías, grabados y dibujos convirtieron estos volúmenes en una de las obras más valiosas y reconocibles de principios del siglo XIX.
El ministro de Cultura egipcio, Abdel Hamid, describió el incendio del Instituto Egipcio como una "catástrofe para la ciencia", y ha anunciado la "formación de un comité de especialistas en la restauración de libros y manuscritos, cuando las condiciones de seguridad lo permitan". Algo que parece difícil cuando los principales disturbios a estas horas, con intercambios de bombas incendiarias se desarrollan en la acera de enfrente del destruido Instituto de Egipto, justo en el edificio de la Universidad Americana, la antigua tabacalera egipcia, un palacio construido en 1860.
Fuente: El País
http://www.elpais.com/articulo/cultura/incendio/durante/disturbios/Cairo/destruye/original/
Descripcion/Egipto/encargada/Napoleon/elpepucul/20111218elpepucul_1/Tes
Reseña: Víctor Rivas

lunes, 12 de diciembre de 2011

CSA de Egipto encuentra estatua monumental del faraón Amenhotep III


  EL CAIRO (Notimex).- Una estatua de más de 13 metros de altura y con un peso de casi 100 toneladas del faraón Amenhotep III (1390-1352 a.C.), padre de Akenatón y abuelo de Tutankamón, fue hallada en el área de Qarna, en la ciudad de Luxor, a 670 kilómetros de esta capital.
 El monumento, encontrado durante las excavaciones realizadas por el Consejo Supremo de Antiguedades (CSA) de Egipto, desde hace siete meses en dicho lugar, está esculpido en cuarcita y tiene vetas de distintos colores.
 Asimismo, este monumento, descubierto en la parte septentrional del templo de Amenhotep III, fue encontrado en posición vertical, y está compuesto de varios fragmentos, como la cabeza, que mide más de dos metros y pesa alrededor de tres toneladas.
 Este hallazgo se suma al descubrimiento, en abril pasado, de otra estatua con las mismas dimensiones y características, que piensan los arqueólogos, flanqueaban la entrada norte del templo del faraón.
  Además estiman que las estatuas debieron desplomarse a consecuencia de un sismo acaecido en Egipto en el año 27 a. C., el cual destruyó por completo el templo y que investigan en estos momentos.
   Durante los más de siete meses de investigaciones, la CSA también ha descubierto, entre otras estatuas, una de Amenhotep III, de más de un metro de altura, en donde se representa al faraón sentado al lado del Dios Amon, principal divinidad de Tebas, capital de Egipto en el Imperio Medio (1975-1640 a.C ).
   Amenhotep III, considerado uno de los faraones más destacados de la dinastía XVIII, subió al trono con 12 años de edad; emprendió un gran programa de construcción, incluyendo puertos y canales.
 Era amante del arte y las antiguedades, fue un político habilidoso y mientras continuaban adornando el templo de Amón, en Karnak, se resistió al creciente poder del clero de Amón, promoviendo un nuevo culto al antiguo dios del sol Rá.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Presentan en Alemania réplica exacta de tumba de Tutankamón



    El evento sobre el 'rey niño' desea transportar a los visitantes cuando el arqueólogo, Howard Carten descubre las tres cámaras de la tumba
FRANKFURT, ALEMANIA (17/NOV/2011).- El Foro de la Ciencia en Francfort presentó hoy la primera réplica exacta de la tumba del faraón Tutankamón, tal y como la descubrió el arqueólogo inglés Howard Carten en 1922, y en la que se incluye un tesoro de mil piezas.

La exhibición 'Tutankamón. Tumba y tesoros', que abrirá sus puertas del 19 de noviembre próximo hasta agosto de 2012, muestra entre otros un amplio ajuar, así como el sarcófago y las máscaras de oro del joven faraón, que reinó de 1336 a 1327 A.C.
En rueda de prensa, voceros del evento señalaron que la exposición sobre el 'rey niño', Tutankamón, que fue coronado a la edad de nueve años y murió nueve años más tarde, desea transportar a los visitantes al 'momento justo' en que Howard Carter descubrió las tres cámaras de esa tumba en el Valle de los Dioses.
El director de proyecto de la exhibición en Francfort, Christoph Schulz, resaltó que la muestra incluye mil réplicas realizadas de forma meticulosa de modo que cada detalle, color, textura, forma e inscripciones jeroglíficas sean iguales a los objetos originales.
Schulz destacó que Carter quedó realmente sorprendido ante el hallazgo de la tumba de Tutankamón, que se considera la única cámara real que se conservaba casi intacta.
Mencionó que ese espectacular descubrimiento, que se cuenta asimismo como el de mayor relevancia en los estudios de egiptología, continúa fascinando a los expertos, ya que a partir de ese fue posible encontrar nuevas respuestas sobre la historia antigua de Egipto.
Se precisó que la exhibición desea asimismo transmitir la fascinación de ese significativo hallazgo mediante la reconstrucción en tercera dimensión de lo que hasta ahora sólo se conocía en fotografías.
Los organizadores subrayaron que la importancia de la muestra 'Tuntankamón. Tumba y tesoros' no radica en la autenticidad de las piezas, sino más bien 'en su composición, en la forma en que esos cientos de objetos habían sido colocados hace miles de años'.
Recordaron que el tesoro de Tutankamón, con sus esculturas, carruajes, muebles, joyas, alimentos, amuletos y sarcófagos, 'se desmontó' para ser inventariado, y precisaron que más tarde esos objetos se colocaron en almacenes y en vitrinas museográficas.
Schulz recalcó que en una superficie de cuatro mil metros cuadrados, en el recinto en Francfort, se presentan las tres cámaras de la tumba de Tutankamón, que constituía una especie de 'trastero de oro', donde todos los objetos 'estaban amontonados y apilados'.
Destacó que 'nosotros sacamos cada unos de esos objetos para mostrárselos al público y contarle el significado de ellos, como por ejemplo en el caso de las estatuas de las deidades egipcias'.
El público tiene en ese marco la oportunidad de admirar la 'cámara funeraria' decorada con pinturas, donde se hallan las capillas de madera recubiertas de oro, una encajada dentro de la anterior, como una 'muñeca rusa'.
Esas capillas guardan a su vez los tres ataúdes antropomorfos en madera chapada de oro, también uno encajado en otro, y donde en el último descansa la momia del joven faraón, con la célebre máscara de oro.
En el marco de la exhibición 'Tuntankamón. Tumba y tesoros' se presentan asimismo varios videos sobre la historia de la décimo octava dinastía egipcia y sobre las labores de excavación realizadas en 1922 en el Valle de los Dioses.
El Foro de la Ciencia en Francfort presenta asimismo la exhibición fotográfica 'A Egipto con amor', así como veladas literarias, entre otras la del autor Khaled Al-Khamissi y su obra 'Un trayecto en taxi por El Cairo', además de 'Las mil y una revolución', de Kristina Bergmann.
Los organizadores ofrecen asimismo el evento especial de los viernes, en cuyo marco la exhibición permanecerá abierta hasta la medianoche, y contará con un programa especial de seminarios, música y visitas guiadas.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los magos del jeroglífico





Yacimiento del valle de Deir el Medina, frente a Luxor, donde vivían los obreros y artesanos que hacían las tumbas de los faraones y sus familias


Constructores de tumbas, artistas del antiguo Egipto. En el valle de Deir el Medina vivían los artesanos cuyas casas ahora en ruinas pueden visitarse
 
A pocos kilómetros al sur de Sheikh Abd el Qurna se encuentra el valle conocido como Deir el Medina, el convento de la ciudad quiere decir, pues en la época copta hubo allí un monasterio. En el valle de los trabajadores, Thutmosis I levantó un poblado para que allí vivieran los artistas y artesanos que hacían las tumbas. El nombre del faraón está inscrito en el muro que rodea la ciudad. Artesanos, artistas, obreros, picapedreros, albañiles, pintores, escultores, etcétera, convivían en pequeñas casas. Eran de adobe sobre cimientos de piedra. Las paredes estaban enlucidas con barro, y las fachadas y algunas paredes interiores estaban encaladas. La puerta delantera, que daba a la calle principal, era de madera y estaba encajada sobre un marco también de madera o caliza que podía llevar el nombre del dueño. Muchas veces, las puertas y dinteles estaban pintados de rojo, un color protector y benefactor. La casa tenía un salón, varias habitaciones, subterráneo y terraza. Desde la zona de la cocina, un amplio espacio sin techar, surgían unas escaleras que iban a la azotea.

Diez días seguidos

La entrada principal de la aldea estaba al norte. El muro trapezoidal medía cerca de 6.000 metros y llegó a haber unas setenta casas dispuestas en fila a lo largo de una estrecha calle que corría de norte a sur. Estas ruinas y las tumbas han aportado muchos datos sobre las familias que las habitaban, los modos de trabajo, las actividades de ocio, las leyes y costumbres de la vida diaria. Al norte del poblado, cerca de la entrada al Valle, está el Gran Pozo, que nunca dio agua. Cuando al final del imperio nuevo este lugar se convirtió en un peligro por los libios, se abandonó el pueblo y sus habitantes se trasladaron al interior de los muros del templo de Ramsés III en Medinet Habu. Muy cerca de aquí está el templo de Hathor, edificado por los Ptolomeos. La ciudad estaba rodeada de una gran muralla. Nadie podía salir de allí, ni entrar, excepto para llevar a cabo el trabajo. Muchas horas diarias, con un solo día de descanso tras diez trabajados.
Distintas generaciones, desde 1550 antes de Cristo hasta el año 1000, desde la dinastía XVIII hasta el final de la XX, iban a la necrópolis real recorriendo un sendero que evitaba las duras colinas en torno a Deir el Bahari. Muchos, además de trabajar en las tumbas reales, lo hacían en la suya propia. Eran poseedores de secretos y por eso estaban muy controlados. Los servidores de la "plaza de la verdad" eran vigilados por comisarios que se encargaban de que los secretos se mantuvieran.
Llegamos al recinto. Aunque está en ruinas, se percibe muy bien su gran extensión. De aquí salieron esos extraordinarios artistas anónimos que dejaron su huella imborrable en tantos panteones. ¿Tendrían conciencia de su arte? Una ciudad de los artistas en medio del desierto, frente al Nilo. Paseo por entre las calles y me gusta imaginar que aquí o allí vivió el pintor o pintores de la tumba de Nefertari o de Thutmosis III. Auden, en el poema titulado Musée des Beaux Arts, hace esta reflexión: "Acerca del sufrimiento nunca se equivocaron, / los viejos maestros: qué bien entendieron / su posición humana; cómo tiene lugar / mientras algún otro come o abre una ventana o sencillamente pasea aburrido". Los viejos maestros del poeta, como Brueghel, están más cercanos a nosotros que los antiquísimos maestros egipcios, pero el sufrimiento, el esfuerzo y la conciencia que ellos tenían es la misma: "Nunca olvidaron / que incluso el espantoso martirio debe seguir su curso / de cualquier manera en un rincón, en algún lugar desaliñado / donde los perros continúan con su vida perruna y el caballo del torturador / restriega su inocente trasero contra un árbol". El cuadro de Brueghel al que se refiere Auden es el titulado El viaje de Ícaro.
Paseo entre las calles derrumbadas. No queda nada de las paredes blancas, encaladas de las casas, ahora está todo dorado por el sol y rebozado por las arenas. El perímetro de la muralla se conserva intacto. Maestros antiguos, nuestros padres. De aquí venimos. Aquí llego a mi casa de nuevo, de no se sabe dónde, de donde no se sabe el porqué, "como un hombre ansioso de volver a ver su casa, / después de haber pasado muchos años en cautividad". Maestros antiguos. Me siento sobre un muro y restriego mis manos sobre los adobes, mientras se me viene a la cabeza el lied de Schubert cuya letra compuso Goethe, Canción nocturna del caminante. Le he dado tantas vueltas en la memoria que para mí dice así: "En las colinas / la calma,/ en las copas de los árboles / un suspiro. En el bosque / pájaros durmientes. / Como tú / muy pronto". Por aquí no he visto pájaros ni árboles. El suspiro, los suspiros son míos. Aquí no queda nada, aquí no hay nadie -no me crucé con ningún turista-, aquí solo estoy yo derramando lágrimas por los maestros anónimos que únicamente vivieron para el arte. "Ser artista es fracasar, como nadie nunca se atrevería a fracasar, ese fracaso es su mundo y abandonarlo supone una deserción, de las artes, del buen hacer, de la vida...". A Beckett le gustaría este lugar, esta ciudad del fracaso, de los fracasados. De los anónimos. Nuestra propia ciudad, nuestra ciudad natal.
Luego vamos a la necrópolis donde yacieron los funcionarios, capataces o escribas. Son pequeñas tumbas, capillas con una parte subterránea decorada con pinturas. Entro en la tumba del capataz Pashed, que está arrodillado rezando debajo de una palmera repleta de plátanos. Luego bebe el agua del Nilo. Los jeroglíficos del fondo reproducen el capítulo 62 del Libro de los Muertos con la fórmula para poder beber el agua en el Más Allá. Entro en la tumba del funcionario de la necrópolis Sennedjem. Se les ve a él y a su esposa adorando a los dioses del Más Allá, así como trabajando con los bueyes y el arado en el campo. Entro en la tumba de Ipuy, donde hay pintadas escenas de pesca. Entro en la tumba de Userhat, escriba real en el tiempo de Amenofis II, y contemplo cómo el barbero le corta el pelo. "Me construí una magnífica tumba /en mi ciudad de la eternidad. / Preparé exquisitamente el lugar, excavado en la roca / en el desierto de la eternidad", dice una inscripción funeraria del Reino Nuevo. A las tumbas de los muertos las llamaban "casas eternas" porque el tiempo que pasamos en el Hades es infinito. Sus verdaderas casas eran las tumbas.

http://elviajero.elpais.com/articulo/viajes/magos/jeroglifico/elpviavia/20110917elpviavje_6/Tes