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domingo, 31 de octubre de 2010

Egipto reestablece templos de 'Mit Rahina'

EL CAIRO, EGIPTO (31/OCT/2010).- Las autoridades egipcias han lanzado un proyecto para restaurar los templos de la zona de Mit Rahina, a 32 kilómetros al sur de El Cairo, que acogió la antigua capital de Egipto, Menfis, en el año 3.100 antes de Cristo.

El proyecto tiene el objetivo de rescatar de las aguas subterráneas los templos situados en este área, informó el Consejo Supremo de Antigüedades en un comunicado.

Con un presupuesto de 41 millones de libras (unos siete millones de dólares o cinco millones de euros), esta iniciativa pretende también edificar muros alrededor de la zona para protegerla.

Las autoridades esperan, asimismo, construir varios bazares y un centro de información para que los turistas conozcan la historia de esta localidad.

La antigua Menfis, cuya área monumental cubre una extensión de siete kilómetros cuadrados, tenía importancia estratégica, histórica y religiosa durante los periodos faraónicos antiguos, y alberga las conocidas pirámides de Guiza y de Saqara.

Los restos arqueológicos de la zona de Mit Rahina incluyen varios templos dedicados a distintos dioses y un museo de Ramsés II (1304-1237 a.C).

sábado, 30 de octubre de 2010

Descubren una tumba de un religioso en las piramides de Guiza


Foto: Fresco que describe al sacerdote Rudj-Ka y a su esposa, en el interior de una tumba recién descubierta al sur de la necrópolis de los constructores de las Pirámides, en El Cairo, Egipto. Foto: © Meghan E. Strong.






Descubren una tumba de un religioso en las pirámides de GuizaUn equipo de arqueólogos egipcios ha descubierto la tumba de un sacerdote en el cementerio de las pirámides de Guiza, que representa la primera de un miembro de la clase alta del gobierno del faraón Kefrén. El Ministerio de Cultura egipcio, en un comunicado difundido hoy, anunció que la tumba se localizó al sur del panteón de los trabajadores que participaron en la construcción de las pirámides Keops y Kefrén tras la muerte de los faraones y supervisadas por religiosos y administradores.
El origen de esta nueva tumba, única en su tipo, se remonta a la V dinastía del período antiguo, durante los años 2.513 y 2.374 a.C.
Según el comunicado, la tumba perteneció a un religioso conocido como Rudig-ka, que, entre otros cargos, pudo ser un inspector de los sacerdotes encargados de purificar la pirámide del rey Kefrén, que gobernó desde el 2.576 al 2.551 a.C.
El diseño arquitectónico de la tumba reúne el estilo y la tradición tanto de las tumbas excavadas como de las alzadas, ya que una parte de ella está dentro de la tierra y la otra en el exterior.




Dentro se encontraron grabados de colores en los muros con imágenes que representan al religioso y su esposa separados por una mesa con ofrendas de toros sacrificados, aves y pan.
También se hallaron imágenes de la vida diaria de Rudig-ka en el pastoreo, la pesca, las excursiones en el río Nilo o la danza.
Al tiempo, se localizó la imagen única del nacimiento de una becerra.
El Consejo Superior de Antigüedades de Egipto confirmó meses atrás que los trabajadores que participaron en la construcción de las pirámides no eran esclavos, ya que sus tumbas fueron descubiertas cerca del templo del rey.
Fuente: ABC

La arquitectura faraonica esconde respuestas al cambio climatico



La arquitectura faraónica esconde respuestas al cambio climáticoEl ingenio arquitectónico del Egipto faraónico, empleado contra tormentas o terremotos, esconde respuestas al cambio climático que expertos en geoarqueología tratan ahora de desvelar. "El Antiguo Egipto se enfrentó a importantes variaciones climáticas, sobrevivió a ellas y forjó una de las civilizaciones más célebres de la historia", indica el estudioso Matthieu Ghilardi, del Centro francés de Investigaciones Científicas.
Ghilardi, que ha estudiado las
condiciones ambientales de la antigua Tebas, actual Luxor, y la posición del río Nilo durante el período dinástico (3000 a.C. al 400 d.C.), explica que los egipcios "conocían muy bien todos los peligros naturales como los terremotos, las inundaciones del Nilo y las fuertes lluvias".
A su juicio, la fascinación que muchos investigadores muestran aún hoy por esa civilización radica en que "entendieron a la perfección la dinámica de la madre Tierra y se adaptaron a ella". "Es evidente que las condiciones climáticas eran muy diferentes durante el Antiguo Egipto que en nuestros días, pero el registro de todos los fenómenos naturales en los jeroglíficos o la arquitectura nos ayuda a comprender mejor cómo vivían en un ambiente cambiante", subraya Ghilardi.
Adaptación al medio
Así, una red de gárgolas construida en el complejo de templos de Medinet Habu, en Luxor, unos 700 kilómetros al sur de El Cairo, y empleada para desaguar en caso de violentas tormentas "demuestra que los antiguos egipcios tuvieron en cuenta la potencialidad de las lluvias torrenciales", según el académico.
"Ahora las casas carecen de un sistema parecido", denuncia Ghilardi, que recuerda que las fuertes lluvias que azotaron el Alto Egipto en 1994 destruyeron cientos de viviendas de barro levantadas en zonas de rambla.
Además, en los cimientos de uno de los templos más turísticos, el de Dendera, 70 kilómetros al norte de Luxor, se esconde una arquitectura antisísmica capaz de evitar la "completa destrucción del edificio".
Y para protegerse de un entorno dominado por las violentas crecidas del Nilo, el templo de Karnak, también en Luxor, y los yacimientos coptos, cerca de la ciudad sureña de Qena, fueron edificados al resguardo de pequeñas colinas surgidas de los sedimentos arrastrados por el viento.
Cambio climático A.C.
Las muestras tomadas en los santuarios de Karnak y Luxor, que han permitido reconstruir la dinámica del Nilo y los efectos del cambio climático sobre el flujo del río, indican que el agua alcanzó el primer pilón de los templos durante el Imperio Nuevo (1539-1075 a.C).
La civilización faraónica se estableció entre el 5000 y el 3500 a.C a orillas del Nilo por un calentamiento de la Tierra que causó la desaparición de la sabana que se extendía por el actual desierto del Sáhara.
Durante más de tres mil años, los antiguos egipcios "trataron de adaptar su estilo de vida a un paisaje natural que cambiaba sin remedio", pero en la actualidad, según Ghilardi, el crecimiento poblacional del mundo hace difícil adoptar una actitud similar.
En cualquier caso, Ghilardi advierte de que "se necesita tiempo para entender lo que está pasando en la Tierra", un hábito seguido por los antiguos egipcios para levantar templos o ciudades, e "ignorado en la actualidad".
Fuente: El Mundo