Caja de madera con la diosa Wadyet hallada en Asuán.
Hace ya un cuarto de siglo 16 soñadores unieron sus fuerzas y los escasos medios de los que disponían para fundar la Asociación Española de Egiptología
(AEDE). Una organización desde la que coordinar los proyectos de
estudio del país que tanto les fascinaba y al que, en comparación con
otros países europeos, España llegó bastante tarde. De hecho, hace ya 90
años -se cumplieron el pasado 4 de noviembre- que el británico Howard
Carter encontró en el Valle de los Reyes la tumba del joven faraón
Tutankamon.
A lo largo de los últimos 25 años, y poco a poco, la AEDE ha
contribuido a hacer posible las excavaciones de arqueólogos españoles en
Egipto, en particular de aquellos que cuentan con menos ayudas. "Las
dificultades iniciales fueron vencidas. Trabajaron en su tiempo libre, y
paso a paso fueron creciendo", recordó Rosa Pujol, actual presidenta de
esta asociación que acaba de soplar las velas de su 25 cumpleaños. Para
festejarlo, se dieron cita en Madrid hace unos días egiptólogos de la
talla de las doctoras Hourig Sourouzian y Salima Ikdram y el doctor
Mohamed el Bialy. Junto a sus colegas españoles María del Carmen Pérez
Die, José Manuel Galán, Myriam Seco y Alejandro Jiménez ofrecieron tres
jornadas de charlas sobre el estado de las excavaciones y los trabajos
de restauración en algunos yacimientos emblemáticos.
"Todos los que estamos aquí amamos Egipto. Cada viaje, cada estancia, cada momento nos descubre cosas nuevas.
Ocupa un lugar único en la imaginación", apuntó durante el acto la
egiptóloga Pérez Die, fundadora de la asociación y titular del carné de
socio número uno.
'En la asociación se ha sabido conjugar la ciencia y la disciplina egiptológica con la divulgación'
"Creamos la asociación porque en ese momento había una necesidad, un
sentimiento generalizado de que faltaba", recordó Pérez Die. La
conservadora del Museo Nacional de Arqueología expuso durante su
conferencia los últimos resultados y las perspectivas del Proyecto
Heracleópolis Magna (actual Ehnasya el Medina), un yacimiento en el que
los que españoles comenzaron a trabajar en los años 60 y que ha servido
como escuela a muchos de nuestros arqueólogos.
"En la AEDE se ha sabido conjugar la ciencia y la disciplina
egiptológica con la divulgación, y se ha convertido en una referencia de
la egiptología española. Hemos podido demostrar durante todo este
tiempo lo que somos capaces de hacer. Pero hay que decirlo, porque es
justo, que mirando de donde partimos el recorrido hasta llegar al día de
hoy ha sido largo y meritorio. Personalmente puedo decir que estoy muy
contenta y satisfecha", añadió Pérez Die.
Rosa Pujol, presidenta de la Asociación Española de Egiptología. | AEDE
No obstante, Rosa Pujol, presidenta de la AEDE, echa en falta una
mayor colaboración entre la organización nacional y las pequeñas
asociaciones que han surgido en nuestro país: "En España nosotros somos
un poco los decanos pero está bastante atomizado. Hay muchas asociaciones pequeñas que han preferido abrir sus sedes, en Andalucía, en Murcia, en Castellón, en Baleares...
en todas partes. Por supuesto, están en su perfecto derecho de tener su
asociación local, aunque a mí me da un poco de pena que sea así. Echo
de menos que realmente fuéramos una asociación española pues, aunque
mantuvieran su carácter local, si estuviésemos juntos y más unidos
seríamos más fuertes", señala a este diario.
Por lo que respecta al interés que hay en nuestro país sobre el
estudio de esta fascinante civilización, Rosa Pujol diferencia entre la
egiptología y los temas relacionados con el esoterismo. "Vende mucho lo relacionado con Egipto, los libros que hablan de los misterios, de los enigmas, de las maldiciones de las pirámides. Estos temas atraen mucho a la gente, aunque la egiptología científica a la que nosotros nos dedicamos es otra cosa", aclara.
España en Egipto
"Nosotros no hemos sido un país excavador, como los ingleses o los
alemanes. Hemos empezado muy tarde, aunque tenemos siete u ocho
excavaciones muy importantes. Se está reconociendo la egiptología
española", asegura.
Precisamente en 2009, el Museo Egipcio del Cairo dedicó una de sus exposiciones temporales a repasar los principales hallazgos de los arqueólogos españoles.
Una aportación que comenzó el diplomático Eduardo Toda, que en 1884 fue
nombrado Cónsul General de España en el país árabe. La tumba del
artesano Sennedjem (que data del siglo XIII a.C.) fue el primer gran
hallazgo de la egiptología española. Eduardo Toda la descubrió en 1886.
Cabeza en madera hallada en la necrópolis de Qubbe el Hawa.| J. L. Martínez.
"Poco a poco vamos abriéndonos camino. Pero cuesta trabajo", señala
Rosa Pujol. Los arqueólogos españoles trabajan tanto en excavaciones
lideradas por nuestro país, como forman parte de proyectos
internacionales. Es el caso del plan de recuperación de los colosos de
Memnón y del Templo de Amenhotep III en Luxor (antigua Tebas). La
directora de este proyecto, Hourig Sourouzian, elogió durante su
conferencia el trabajo de los siete arqueólogos españoles que forman
parte de su equipo.
Entre las excavaciones en las que la AEDE ha participado figura la
que llevan a cabo investigadores de la Universidad de Jaén en la
necrópolis faraónica de Qubbet el Hawa, en Asuán, dirigida por Alejandro
Jiménez Serrano.
"El apoyo que la Asociación Española de Egiptología nos brindó y nos
sigue brindando es primordial. Fue la primera organización en patrocinar
el proyecto Qubbet el Hawa,y lo hace de forma desinteresada y sin ninguna contraprestación",
explica Juan Luis Martínez de Dios, arqueólogo en las excavaciones de
este proyecto, que hasta el momento ha realizado cuatro campañas de
investigación. La próxima, se desarrollará entre enero y febrero de
2013.
Asimismo Martínez destaca la aportación económica que reciben del
Gobierno español: "Por el momento, somos el único proyecto
multidisciplinar I+D+I que España está desarrollando en Egipto y la
apuesta gubernamental se verá recompensada en los próximos meses en
forma de importantes anuncios de descubrimientos, que por el momento no podemos adelantar.
El proyecto Qubbet el Hawa se convertirá así en uno de los más
importantes proyectos españoles de investigación en el exterior",
asegura a través de un correo electrónico.
Para el investigador resulta difícil señalar los hallazgos más
destacados del proyecto en el que participa y que lidera el profesor
Alejandro Jiménez: "Sin duda la propia arquitectura de la tumba QH-33,
su configuración y particular estado de conservación, así como su gran
puerta de acceso, hace que nos sorprenda de forma grata en cada momento
aun conociendo la estructura general de las tumbas de Reino Medio en
Qubbet el Hawa. Respecto a los hallazgos de muebles destacaría mesas de
ofrendas, estelas, fragmentos de sarcófagos y determinadas cerámicas con
inscripciones que aportan información directa". Por lo que respecta a
su pieza favorita, Martínez elige "una representación de cabeza humana realizada en madera, que formaría parte de un ataúd". El resto esperan encontrarlo en las próximas campañas.
El arqueólogo José Manuel Galán en la tumba de Djehuty. | José Latova Fernández-Luna
También es bien conocido el proyecto Djehuty, del CSIC, que desde hace más de una década lidera José Manuel Galán.
En Luxor se encargan de excavar y restaurar las tumbas de Djehuty y
Hery, dos altos funcionarios de la corte egipcia entre el año 1500 y
1450 a. C.
Cursos y seminarios
La divulgación de la egiptología ha sido uno de los objetivos principales
de la AEDE, que regularmente organiza cursos y seminarios dirigidos
también a un público no especializado, pero con interés por avanzar en
el estudio de esta civilización. El objetivo es que puedan resultar
atractivos tanto a personas con conocimientos previos como a
principiantes. También ofrecen cursos de lengua egipcia en caracteres jeroglíficos, con tres niveles, y talleres de traducción.
El pasado 26 de octubre comenzó el curso de Egiptología 2012-2013,
que se imparte los viernes a las 19:30 horas en la sede del Paseo de la
Habana nº 17. 'Faraones, la historia del Antiguo Egipto a través de sus reyes'
es el tema de este programa, que concluirá a finales de mayo. La
inscripción para todo el curso, que consta de 21 conferencias impartidas
por especialistas, es de 200 euros (150 euros para los socios).
"Todos nuestros conferenciantes saben que en los cursos siempre hay
gente que empieza. Si se refieren a algún aspecto conocido, como la
fiesta Heb Sed de los faraones, procuran explicar de qué se trata. Intentamos darle un tono didáctico de manera que todos los asistentes puedan seguirlo y evitar que se sientan perdidos o se desmotiven", asegura.
"A los cursos viene mucha gente, pero casi siempre son los mismos.
Hay mucho interés por parte de profesionales de edad intermedia, pero
para ellos la falta de tiempo es a veces un obstáculo para asistir a las
conferencias. También contamos con muchas personas que se han retirado y
pueden dedicarse a lo que realmente les gusta. Lo que nos encantaría es que interesara más a la gente joven, a más universitarios,
no sólo a los que vienen de cátedras de egiptología. Y que estudiantes
de filosofía o de cualquier otra cátedra de Humanidades tuviera
interés", reclama.
En la actualidad la AEDE cuenta con más de 300 socios, que pagan una cuota anual de 100 euros.
Los socios obtienen descuentos en todas las actividades y en los viajes
que se organizan periódicamente: "Antes de la Primavera árabe los
hacíamos todos los años. Ahora aún no sabemos cuándo volveremos".
La Primavera árabe
El
embajador de Egipto en España, Ayman A. Zaineldine, y la egiptóloga
Hourig Sourouzian, durante el acto celebrado en Madrid.| AEDE
Rosa Pujol afirma que en la actualidad los arqueólogos españoles
siguen trabajando con normalidad en Egipto. "Los problemas se centran en
la Plaza Tahrir de El Cairo, donde se concentran muchos jóvenes
desempleados. La pena es que esta plaza está al lado del Museo Egipcio y
cualquier chispa puede prender una verdadera catástrofe como ocurrió el
año pasado", advierte.
Pujol recuerda con tristeza los estragos que las revueltas de febrero de 2011
causaron en el patrimonio arqueológico: "Se me saltaban las lágrimas
cuando veía las estatuas partidas y las urnas rotas", rememora.
Afortunadamente, continúa, han recuperado alrededor de 70 de las más de
cien piezas que se robaron y han restaurado otras piezas que resultaron
dañadas. "Se siente una impotencia horrible porque estas piezas son
irrecuperables".
El tráfico de piezas robadas continúa, aunque Pujol considera que los
contrabandistas cada vez lo tienen más difícil gracias a iniciativas
como las del Consejo Internacional de Museos
(ICOM, por sus siglas en inglés). Una entidad que elabora listas y
marca las piezas para evitar que los anticuarios legales las compren. No
obstante, su lista roja de objetos culturales de Egipto en peligro no es un catálogo de piezas robadas. Recoge un inventario de las piezas que se encuentran en instituciones reconocidas y que son más vulnerables al contrabando. El listado es similar al que se ha realizado con tesoros de Irak, Afganistán, Haití o Perú.
Por otro lado, Rosa Pujol considera muy cordial la relación de la
asociación que preside con las autoridades egipcias: "Nos tratan muy
bien. Nos abren las puertas de sitios a los que no van los turistas, por
lo que los viajes que hacemos a Egipto son muy gratificantes ya que
vamos a ver cosas que son realmente muy interesantes y no están abiertas
al público. Incluso vienen a darnos conferencias. Además, el egipcio de
a pie es encantador, es gente realmente acogedora", asegura.
"Nos emociona el cariño de la comunidad egiptóloga de España hacia
nuestro país", señaló el embajador del país en árabe en España, Ayman
Abdelsamie Zaineldine, durante su intervención en el 25 cumpleaños de
AEDE. Para el diplomático, las antigüedades de su país forman parte "de
la herencia común como seres humanos", más allá de la nacionalidad. "Les ruego que sigan viniendo a Egipto y continúen excavando con nosotros",
señaló. Teniendo en cuanto la enorme cantidad de tesoros que quedan por
desenterrar, trabajo no les va a faltar a los arqueólogos españoles.